Enciendo la luz, me pongo las pantuflas y camino hacia el baño soñoliento, apenas son las seis de la mañana y hace mucho frío. Me sigo cagando en mi vida cada mañana, si no fuera casi literal me haría hasta gracia. Me pregunto cuánto puede una persona renunciar a sí misma. Algún día creo que seré capaz de enfrentarme a mí mismo. No creo que hoy sea ese día. Hoy es hoy y eso es algo que tiene que pasar mañana, nunca hoy. El presente… maldita mierda. Pero bueno, las ambiciones se concentran en el futuro y las frustraciones en el pasado, el presente es solo mierda pasajera de que deja de ser ambición para convertirse en frustración. El futuro desaparece al tirar de la cadena y pasa a formar parte de las alcantarillas de nuestra existencia. Es así. No puedo hacer nada.
En qué momento entendí que nunca cambiaría de vida. No lo recuerdo, probablemente estando como ahora con el rabo entre las piernas cagando una mañana, jodido de frío por otra parte.
jueves, noviembre 02, 2006
El water
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