miércoles, junio 14, 2006

los límites

yo vivo donde donde el valle empieza a ser montaña,
donde en la tarde empieza la madrugada,
en los otoños del verano, donde el desierto ya es bosque,
en el segundo que acaba,
en lo mas pequeño de todo que acaba donde empieza lo mas grande,
en el color de las hojas cuando amanece,
en todo lo que no importa aún,
en perder el sentido para buscarlo,
en no querer hacer nada más,
en esconderme de los que me persiguen en los sueños,
en la risa del que se refleja y se puede ver desde fuera,
en el miles y miles que nunca acaban y sin embargo sirven para poner un pricipio y un final,
me callo

sábado, junio 10, 2006

La superficie del mar. Sabiendo mirar podremos conocerlo todo. Años mirando el mar con los ojos de un niño son la auténtica experiencia filosófica que en la ciudad suplimos con libros, con cuentos, con películas. Eso es lo que nos han robado y nos pasamos toda la vida intentando recrear. Y dejamos de lado las tormentas, y las primaveras y los cielos estrellados a cambio de sus sucedaneos torpes, imitadores malos, que en vez de abrirnos al mundo nos cierran el alma. Las historias estan bien cuando somos capaces de vivirlas, pero si contarlas evitan que demos el paso de llevarlas a cabo son un impedimento para la vivencia.
Mirame mar, tu ruges en mi, yo escucho tu rugido y mi escuchar te hace existir
sino hay nadie que te mire dejaras de existir
si nadie te comprende y te escucha no habrá un espejo que te muestre y te despierte, y permeneceras en la oscuridad y en el olvido, y yo también sólo me olvidaré de quien soy, porque si no te oigo, ni te veo, ni te reflejo en mi espejo yo tampoco seré nada. ..

miércoles, junio 07, 2006

IGNORABIMUS

En esta reexposición de los contenidos de nuestra ignorancia, los dos límites de 1870 reaparecen bajo la forma de los enigmas I y V-VI. (Los siete enigmas eran en efecto los siguientes: I. Esencia de la materia; II. Origen del movimiento; III. Origen de la vida; IV. Apariencia de una disposición teleológica de la naturaleza orgánica; V. Origen de la sensación; VI. Origen del pensamiento racional y del lenguaje y VII. Problema de la libertad). Ahora bien, du Bois-Reymond nos dirá también que de estos siete enigmas hay tres que no son trascendentes (es decir, insuperables, aunque hoy por hoy permanezcan en la penumbra): el enigma III (origen de la vida, puesto que, «una vez que la materia haya comenzado a moverse, pueden formarse mundos en cuyo interior, y en circunstancias adecuadas todavía no reproducibles hoy, pueden haberse dado estados peculiares de ese equilibrio dinámico de la materia que llamamos vida»), el enigma IV (pues la selección natural de Darwin prepara la posibilidad de una reconstrucción mecánica de las adaptaciones teleológicas) y el enigma VI (la cuestión del origen del pensamiento no presenta dificultades insuperables una vez presupuesta la sensación). Quedan, por tanto, como enigmas trascendentes, el I, II, V y VII. Ahora bien, estos cuatro enigmas trascendentes podrían otra vez – decimos por nuestra parte– reagruparse en dos bloques, correspondientes precisamente a las dos partes de la realidad que Kant, y sobre todo Hegel, habían distinguido, la Naturaleza (I y II) y el Espíritu (V y VII). El dualismo parece presidir de nuevo la formulación de los enigmas del Universo.

En torno al libro de Ferdinando Vidoni, Ignorabimus. GUSTAVO BUENO.