Aquel, pues, que sin locura de las musas acude a las puertas de la poesía, persuadido de que como por arte, va a hacerse un verdadero poeta, lo será imperfecto, y toda obra que sea capaz de crear, estando en su sano juicio, quedará eclipsada por la de los inspirados y posesos.
Platón, Díalogos.
lunes, enero 09, 2006
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